La leche es el alimento natural dado en los mamíferos, incluido el hombre, para alimentar las crías en sus primeras etapas de desarrollo. Cada leche es particular para cada especie, y en este sentido, a pesar del boom de la publicidad moderna, la leche de vaca es la ideal para los terneros y la leche de la mamita de cada niño es la ideal para su respectivo bebé. ¡Nada de trampas!
Solo sobre la base del cálculo de enormes ganancias, las compañías lecheras publicitaron las ventajas de consumir leche de vaca, incluyendo su exageración del nivel de Calcio de dicha leche, ocultando su elevado nivel de Fósforo, además de los males producidos por la grasa saturada y por la lactosa. Hay estudios modernos que demuestran el alto nivel de incidencia de la Diabetes tipo 1 en niños que consumieron leche de vaca antes de su primer año. Pero claro, ¡esto no lo cuentan las compañías lecheras! ¡Solo dicen que tiene abundante Calcio!
Para la digestión de la leche en los humanos el cuerpo produce una enzima, la lactasa, que ayuda a digerir la lactosa y que, más o menos, a los dos años desaparece del organismo humano, lo que indica que a esa edad se debe destetar al infante PORQUE la enzima que digería la lactosa ya el cuerpo no la produce. Es un indicativo de la misma naturaleza.
La composición química de la leche materna varía según la etapa que vivan niño y madre. Primero es un calostro, esencial para sus defensas en los primeros días. Incluso a la hora de comer el bebé la leche va cambiando incluso de componentes y sabores para producir en unos casos agradabilidad al paladar o percepción de saturación. Es indispensable, por recomendación de la misma Organización Mundial de la Salud, el dar solo leche materna en los primeros seis meses, para luego pasar a otro tipo de alimentos. El orden de los alimentos va de los de más simple digestión hasta los de digestión más pesada, por eso se comienza con frutas dulces, verduras, hasta terminar con granos cuando hay una aparición definida de dentadura. Cada cambio en el bebé está asociado a un mensaje que dice: no puedo comer todavía este alimento, ¡pero este sí!
La avidez de ganancias de los pulpos financieros capitalistas es la que ha orquestado toda esta campaña en favor de la leche de vaca. Ocultan los peligros de su proceso de industralización, de sus hormonas y antibióticos, de sus procesos de homogenización, ocultan los niveles de PUS que van contenidos en ella. Además nunca nos van a decir que cuando ingresa leche de vaca al cuerpo humano la sangre eleva su nivel de anticuerpos porque la reconoce como un intruso en ella, como una respuesta natural de la barrera de las especies.
Acabo de tomarme una deliciosa leche de alpiste preparada por mi madre y es rica.
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