miércoles, 17 de agosto de 2016

LA ENFERMERA MÁS FAMOSA DE COLOMBIA

KATHERINE IBARGÜEN, la medallista de oro en Brasil 2.016.




La deportista, nacida el 12 de febrero de 1984 en Apartadó, una ciudad agroindustrial del departamento de Antioquia, voló en el Estadio Olímpico Luzhniki de la capital rusa para ganar el primer oro en unos mundiales para Colombia con un salto de 14,85 metros.


Ibargüen, que en los Juegos Olímpicos de Londres se colgó la medalla de plata en salto triple, compagina el deporte de alto rendimiento con el estudio de la enfermería, carrera en la que piensa hacer una maestría. 

Su grado de enfermería lo recibió el pasado 12 de junio de la Universidad Metropolitana de Puerto Rico a donde llegó en 2008 gracias a un beca deportiva que en su momento no alcanzó en su país.

Salir de Medellín, la capital de Antioquia, donde vivía hasta entonces, le cambió completamente la vida, porque fue en la isla caribeña donde conoció a su entrenador, el cubano Ubaldo Duany, quien le devolvió la confianza en sí misma que había perdido al no clasificarse para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.


Pero esta fue su semana de gloria en Brasil, colgándose el oro olímpico con un salto que sobrepasó los 15 metros, salto que ninguna de sus rivales pudo igualar.
Una larga carrera contra la pobreza. Un enorme salto contra la adversidad. Una fe gigantesca en su poder interior. Una capacidad infinita para sonreir a pesar de todo. Caterine Ibargüen Mena, la mujer que hoy viste de gloria al deporte colombiano, es la suma de todo eso y mucho más.
Lo que más impresiona en ella no son tanto sus récords deportivos, ni sus larguísimas piernas, ni su poderosa condición física. Lo que realmente impacta es el encanto que envuelven esos 180 centímetros de negrura pura; ese ‘duende’ que se le alborota minutos antes de cada salto, y que la convierte en la favorita de los asistentes a las tribunas, sin que ni siquiera haya comenzado la competencia: Caterine se ríe todo el tiempo. Con los labios y, sobre todo, con los ojos. Gesticula con los brazos, pide apoyo del público, se habla a sí misma, se grita lo que ya sabe: que tiene la fuerza necesaria, que es una campeona, que sus piernas son las de todo un país, que se merece el triunfo. Es en ese momento, antes de atacar la pista con su zancada de gacela indómita, cuando Caterine se empieza a ganar todas sus medallas.
¿De dónde sacó Caterine su ‘duende’? ¿De dónde la sonrisa y el empuje? ¿De dónde el aguante y esas ganas de llegar cada vez más lejos? De una fuente inagotable, propia del Tercer Mundo, que bien asimilada se convierte en el más poderoso combustible para la dura carrera que es vivir. Se llama carencia. Y carencia es la palabra que definió la infancia de Caterine Ibargüen en Apartadó, la tierra donde llegó al mundo el 12 de febrero de 1984.
Ahora tiene por delante el reto de la maestría en Enfermería. Esta mujer luchadora, de amplia sonrisa, que a punta de esfuerzos ha conquistado lo que se ha propuesto, no se intimidará ante esta nuevo reto. ¡Adelante Jefe Katherine, eres todo un ejemplo para nuestro país!

1 comentario:

  1. Es una mujer con grandes capacidades mentales, obtenidas con base en la superación de obstáculos dentro de su vida personal y deportiva... con su actitud ha logrado varias de sus metas sin importar que sea en su propio país en donde se le niega el apoyo que todo humano necesita para triunfar... adelante Katherine! sigue siendo ejemplo de superación, para cada suramericano.

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